La publicidad de Conguitos ha sido siempre muy apreciada por el público, aunque en los últimos años aparecen periódicamente voces que la tachan de racista.

Los Conguitos no eran sino hijos de un tiempo, 1961, donde el racismo no se conocía. O mejor dicho: no se reconocía. En España no había inmigrantes africanos. Ni siquiera los podíamos ver por televisión, porque no teníamos. Las cosas hay que juzgarlas en su tiempo y su contexto. Hoy no lo habrían dibujado así.

El contexto cultural de principios de la década de los sesenta es radicalmente distinto al actual.

Uno de sus primeros anuncios resiste pocas interpretaciones a día de hoy: una familia en el corazón de la selva africana abandona su choza y se dispone a dar un paseo, lanza en mano, en busca de una presa que ensartar. El padre exclama vocablos bárbaros con una voz grave. Sus hijos, todos semidesnudos, le acompañan en lo que podemos suponer un día como otro cualquiera.

Conguitos en la selva

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